Sunday, November 17, 2013

Misterio continuista

No es que Djukic no dé con la tecla. De hecho no da. Ni de coña. Está a años luz de acercarse ni siquiera a rozarla. El equipo que el serbio entrena es un desastre en todas sus líneas. Especialmente en defensa, el Valencia de Djukic es el sexto equipo más goleado de la categoría. Y si bien es cierto que está a siete puntos de los lugares Champions, futbolísticamente el equipo blanquinegro se encuentra a varios universos de distancia de los aspirantes a presenciar la pelotita de las estrellas la próxima campaña.
Pese a que Salvo continúe queriendo morir con su idea de defender a Djukic hasta el final, la realidad dice que a este ritmo el Valencia se va a pasar el campeonato fluctuando entre el noveno y el décimo tercer lugar de la clasificación, y eso no hay Dios que lo aguante. Con Djukic al frente, cada día que pase es tiempo perdido. Ni la plantilla cree en Djukic, ni Djukic cree en la plantilla.
Y muestra de ello son los cuatro días libres que el entrenador le da a sus futbolistas. Con un equipo tan poco trabajado, un entrenador que viera posibilidad de revertir esto intentaría aprovechar estos quince días para mejorar al grupo.
Nada, imposible. Tiempo perdido.
Por ello me pregunto por qué Salvo se enroca en mantener una tecla que sabe que no da luz. Es cierto que no sabemos si la tecla que hay al lado dará luz, pero la evidencia es que esta tecla no da luz.
¿Lo hace por mantener su palabra? ¿Lo hace porque algún asesor externo está empeñado en venderle al presidente que los futbolistas -los únicos que pueden sacar esto adelante-, son los malos de la película? ¿Lo hace porque cree en un entrenador que sabe que tiene desconectada y enfadada a toda la plantilla? ¿Lo hace por que no hay ni uno para echar al entrenador? ¿Incluso lo puede hacer por no soliviantar a cierto representante ibérico muy vinculado al representante del actual entrenador valencianista?
El caso es que Djukic continúa. Sin nadie que crea en él y sin más apoyo que el de un presidente que tiene al peor posible embajador para poner en valor la marca Valencia. El "gigante dormido", el "aqui nadie una estrella" o el tema de los "huevos" ya no se lo cree nadie. Este equipo es un desastre que no juega a nada. El discurso populista ya no cala. Aplíquense el cuento los responsables. Estas cosas pasan factura
PD. Simplemente gracias a todos por el apoyo recibido en estos últimos días.

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