Sunday, November 17, 2013

Lampedusa y las escobas



Aquel famoso principio de Giuseppe Tomás de Lampedusa -"cambiarlo todo para que nada cambie"- parece que no es el camino que han decidido escoger Amadeo Salvo y su consejo de administración en cuanto han tenido dos semanas para tomar posiciones en el club.

Lo que está viviendo la estructura interna del club de Mestalla en las dos últimas semanas no es más que la consecuencia lógica y natural del cambio en la cúpula rectora de la entidad. Sevidor lo ha venido viviendo desde que tiene uso de razón en el fútbol. Es ley de vida. Tan inexorablemente se producen estos cambios que no deben sorprender a nadie.
Lo cierto es que, desde que Amadeo Salvo es el máximo responsable de la entidad blanquinegra, han salido o van a salir del club Valverde (aunque en este caso, tenía más ganas de irse que Mario Vaquerizo de cambiar un libro por un centro de estética), Albelda, Paco López, Juan Sánchez y Jordi Candel.
Los más asépticos interpretan que Salvo hace los cambios que cree necesarios para poner en marcha su nuevo proyecto. Los más conspiranóicos hablan de borrar cualquier vestigio de la Administración Llorente para que el club presente otra cara. Realmente para esto último, necesita algo más que cinco cambios. Como ya conté semanas atrás en mi columna "La Familia", en ese sentido es mucha la faena que el nuevo mandatario tiene por delante, aunque me da la impresión que todo aquello que no sea la primera línea de fuego va a tener, al menos durante un tiempo, el beneficio de la duda. Luego, su capacidad de trabajo, de convencer a los nuevos, los dineros en la caja, los blindajes llorentistas sobre la bocina y el dichoso aval de marras dirán el resto.
No soy de los que piensa que todo lo que había está mal, y todo lo que llegue va a mejorar. Tampoco pienso lo contrario, que los nuevos no saben por donde van y los que habían eran los que conocían de verdad cómo funciona esto.
¿En que parte me sitúo?  Pues miren, dejemos correr el tiempo. Es el único que marcará si los cambios eran necesarios y acertados. Y aunque todo lo nuevo siempre produce querencia a la acogida favorable, creo necesario recordar una canción de Shakira que se llama "Si te vas"  (como podrán comprobar cada uno encuentra frases para sus columnas de opinión en cualquier sitio, de Lampedusa a Shakira). El tema recuerda -y esto es lo aplicable a los cambios- que "toda escoba nueva siempre barre bien, luego vas a ver desgastadas las cerdas"...
Será el tiempo quien nos diga si Djukic es mejor que Valverde, si Rufete acierta al prescindir de Sánchez, si no renovar a Albelda es un acierto o no, si Nico Estévez -va, no se hagan los sorprendidos, que es un secreto a voces- supera en registros a Paco López o si Juan Albors restaña la confianza en los futbolistas hacia su médico (situación que con Candel ya se encontraba bajo mínimos).
En definitiva, el acierto de un cambio depende en un alto porcentaje en la mejora de los registros de los sustitutos sobre los sustituidos. Todo lo demás es una excesiva querencia al pasado o a un paraíso prometido. Y eso, en un sentido o en otro, aún no hay nadie que pueda asegurarlo.

Ushiro Nage a Madrid 2020


Como quiera que la actividad valencianista genera poca cosa estos días de parón liguero (lo de la "solución provisional" al problema del aval no supone ni una sorpresa, ni una novedad), no quiero dejar pasar la oportunidad de dar mi punto de vista sobre el tercer fracasado intento de llevar unos JJOO a la ciudad de Madrid.
Vaya por delante que pienso que sí existen beneficios de organizar unos Juegos, y cuanto más cerca mejor, para que la gente pueda disfrutar de un evento como ese (para el ciudadano de a pie asomarse a unos Juegos Olímpicos se da en la vida una vez o ninguna). Pero una cosa es la realidad, y otra lo que se ha venido vendiendo del favoritismo, de la mejor candidatura y demás zarandajas. Básicamente, porque para comenzar, el primero que vendió que Madrid era favorita era el presidente del COE, Alejandro Blanco.
Por si les falla la memoria les diré que Alejandro Blanco fue presidente de la Federación de Judo y deportes asociados entre el 93 y el 2004. Durante ese periodo, Blanco se prestó a una de las patochadas más infames que servidor recuerda: intentar justificar el inexistente penalti señalado por Tristante Oliva de Marchena sobre Raúl comparándolo con una acción de judo (que ni siquiera es infracción).
Tamaña estupidez de intentar explicar un deporte con el reglamento de otro (algo así como decir que en el fútbol se puede tocar la pelota con la mano porque es válido en el baloncesto) fue obra de este insigne personaje, que ya podemos ver cómo representó en el 2004 a todos los judokas de su Federación.
Casi, casi no voy a hablar del nefasto concursito en 2008 (vísperas de la Euro de Austria y Suiza) que montó el ahora presidente del COE para dotar de letra al himno español de cara a que los futbolistas de la selección lo cantaran antes de los encuentros. El resultado del esperpento habla por si mismo.
Blanco y sus 180 de delegación (la más numerosa, por cierto) vendían que España era favorita. Tercer fracaso consecutivo para él. La exposición (que realmente sólo sirve por si hay algún indeciso) fue tan deplorable como caótica. Sólo se salvaron SAR el Príncipe Felipe y Pau Gasol.
El discurso de Blanco fue tan cutre como su Ushiro Nage del 2004. Del "relaxing cup of café con leche", no voy a tell nothing que I put myself de muy mala milk. Y para rematar el tema, en lugar de tirar de lo mejor que tenemos, nuestros deportistas, presentan un vídeo ante el COI con Plácido Domingo, Alejandro Sanz y Antonio Banderas. Por cierto, ¿a qué fue Amaya Salamanca de invitada con la delegación española? ¿Acaso los miembros del COI no saben cómo se coloca un tampón?
Se comparan ahora con Tokio y quien te eliminó fue Estambul. Preveían 50 votos en primera ronda y sacaron 26. Algún fenómeno sigue haciéndose trampas al solitarioNo se trata de organizar unos Juegos para levantar un país. Se trata de levantar un país que pueda optar a organizar unos Juegos. Bárcenas, Urdangarines y Operaciones Puertos no son una buena carta de presentación aunque asegures tener acabadas el 80% de las instalaciones necesarias.
Alejandro Blanco debería marcharse a su casa tras su tercer fracaso consecutivo. Porque lo de Madrid 2020, en lugar de una eliminación en primera ronda, fue todo un Ushiro Nage. Tan ridículo como el del 2004.

Misterio continuista

No es que Djukic no dé con la tecla. De hecho no da. Ni de coña. Está a años luz de acercarse ni siquiera a rozarla. El equipo que el serbio entrena es un desastre en todas sus líneas. Especialmente en defensa, el Valencia de Djukic es el sexto equipo más goleado de la categoría. Y si bien es cierto que está a siete puntos de los lugares Champions, futbolísticamente el equipo blanquinegro se encuentra a varios universos de distancia de los aspirantes a presenciar la pelotita de las estrellas la próxima campaña.
Pese a que Salvo continúe queriendo morir con su idea de defender a Djukic hasta el final, la realidad dice que a este ritmo el Valencia se va a pasar el campeonato fluctuando entre el noveno y el décimo tercer lugar de la clasificación, y eso no hay Dios que lo aguante. Con Djukic al frente, cada día que pase es tiempo perdido. Ni la plantilla cree en Djukic, ni Djukic cree en la plantilla.
Y muestra de ello son los cuatro días libres que el entrenador le da a sus futbolistas. Con un equipo tan poco trabajado, un entrenador que viera posibilidad de revertir esto intentaría aprovechar estos quince días para mejorar al grupo.
Nada, imposible. Tiempo perdido.
Por ello me pregunto por qué Salvo se enroca en mantener una tecla que sabe que no da luz. Es cierto que no sabemos si la tecla que hay al lado dará luz, pero la evidencia es que esta tecla no da luz.
¿Lo hace por mantener su palabra? ¿Lo hace porque algún asesor externo está empeñado en venderle al presidente que los futbolistas -los únicos que pueden sacar esto adelante-, son los malos de la película? ¿Lo hace porque cree en un entrenador que sabe que tiene desconectada y enfadada a toda la plantilla? ¿Lo hace por que no hay ni uno para echar al entrenador? ¿Incluso lo puede hacer por no soliviantar a cierto representante ibérico muy vinculado al representante del actual entrenador valencianista?
El caso es que Djukic continúa. Sin nadie que crea en él y sin más apoyo que el de un presidente que tiene al peor posible embajador para poner en valor la marca Valencia. El "gigante dormido", el "aqui nadie una estrella" o el tema de los "huevos" ya no se lo cree nadie. Este equipo es un desastre que no juega a nada. El discurso populista ya no cala. Aplíquense el cuento los responsables. Estas cosas pasan factura
PD. Simplemente gracias a todos por el apoyo recibido en estos últimos días.

Sunday, October 06, 2013

EL 10

Nunca fui un mitómano. De nada, ni de nadie. El hecho de que me pueda gustar la música más o menos (soy obsesivo con Revólver, lo reconozco sin rubor), o de que sienta predilección por la saga de Star Wars (la auténtica, no el truño que hicieron luego), nunca me empujó a ser un incondicional.
Ni pósters, ni camisetas, ni nada más que no me ayudara a mantener una equidistancia entre la querencia y la distancia prudencial. En el fondo creo que siempre me aterró la idea de ser visto como un friki.

En realidad, reconozco que miento. Sólo he sido mitómano de algo, de alguien. De la figura del Matador. Del futbolista Don Mario Alberto Kempes ( @ESPNMarioKempes ).

Tuve la suerte de encontrar el reportaje "La huella deKempes en España" en el que colabora el periodista Paco Lloret.
La primera vez que lo vi, se me erizó todo el vello del cuerpo. Fue para mi una máquina del tiempo.
Conforme iban pasando las imágenes, los recuerdos, los goles, los testimonios, las anécdotas, constaté sentimientos profundos. De los que dejan huella. De los que te transportan a otro mundo.

De la grandeza del Matador, no voy a volver a hablar. Los que lo vimos sabemos que el @valenciacf  y el valencianismo disfrutaron durante años del mejor jugador del mundo y de uno de los mejores de la historia de este deporte.
Pero los recuerdos evocados en el ya citado documental, pertenecen a cada persona que ronde los cuarenta.

Tardes de aquel fútbol ochentero y reivindicativo de Senyeras en la bandera y en las camisetas. Fútbol de ir al campo y estar atento porque iba a ser complicado luego ver algo que no fuera el Realísimo en la entonces "mejor televisión de España".

Orgullo de los niños de toda una generación que quisimos llevar el pelo largo y jugar al fútbol con el 10 en la espalda que mamá cosía en la mega-calurosa senyera de algodón con unos números horribles de hule en color azul que se ajaban a la tercera lavada. Las medias por los tobillos, un balón "de reglamento" y a buscar una portería contra la que chutar para creer que eras Mario Alberto...

Kempes era el liderazgo, el carácter, la potencia, la humildad, el cañón en la pierna izquierda, una finta majestuosa, una progresión en carrera ingualable, una camiseta de la senyera, un brazalete en un brazo como pocas veces ha lucido, el temor que infundía en los rivales y que te hacía sentirte poderoso en tu butaca... Y goles. De todas las facturas, de falta (una de sus especialidades), de zambombazo, con depurada técnica, de ratón de área...

Y por encima de todo eso, Kempes es un nexo de unión con cada historia personal. O con la colectiva de una generación que acudimos a Mestalla para asistir al fútbol por primera vez de la mano de nuestro padre y gozábamos con el Matador sobre el césped de Mestalla entre el sol castigando los ojos en las filas más bajas del sector 5, la paella "en la gola", señores de cierta edad que iban al fútbol en chándal y zapatos de rejilla, olor a puro y el programa oficial del partido para controlar a qué partido del "Dardo" pertenecía el gol que acaban de subir.

Por eso creo que nos emocionó a todos ver que El 10 será el embajador del club.

Porque en ese instante retumbó una voz que a mi lado, y antes de ejecutar una falta al borde del área me decía "tantos, uno. Xiquet, eixa va a la gatera"
Y que pocas veces te dejaba en mal lugar Kempes, papá. Te acuerdas?

Wednesday, April 03, 2013

Mirar el pajarito


Hacía un tiempo que le venía dando vueltas al tema y creo que ha llegado el momento. Llega el momento de simplemente "Mirar el pajarito". Me explicaré. Y me explico en mi blog aunque me encantaría hacerlo en Twitter, pero tengo tanto que decir y que contar que los 140 caracteres me dan para muy poco.
Comencé en twitter en verano del 2010. Era una mañana en el antiguo hospital La Fé y estaba cuidando a mi padre, quien por aquel entonces comenzaba la fase terminal de su enfermedad. El caso es que una de esas mañanas me abrí una cuenta de twitter.
 Lo recuerdo perfectamente. Uno de los primeros en darme la bienvenida fue Pablo García Cuervo, @GarcíaCuervo (en aquel momento recién llegado del Mundial de Sudáfrica). Pronto, muy pronto quedé atrapado por esta herramienta. Instantánea, inmediata, brillante. Que permite desde compartir información, a pasar un rato agradable si simplemente lo pretendes.
 En la parte negativa pronto aparecieron los trolls. Y aclaro que para mi un troll es quien viene a hacer ruido. Insultar, faltar al respeto o mentir de manera deliberada es su modus operandi habitual. Gente que te descalifica (a ti o a tu actividad profesional) sin conocerte de nada. Buscando su minuto de gloria en la vida. Pues bien, seis mil y pico followers y un buen puñado de ratos después, les felicito. Reconozco que me han ganado la batalla. Que twitter es el patio del colegio donde ejercen como matones y les entrego el bocadillo. Me voy a dedicar a dar un paso a un lado. Sólo observaré. Por el momento sólo "miraré el pajarito". Es decir, llega el momento de hacerme a un lado por un tiempo y abandonar esto. La gota que ha colmado mi paciencia es ver como cuatro han tejido otra mentira más sobre mí y otros (imagino que sin mala fé, pero confundidos), les han creído.
Tras quejarme de los trolls el jueves 28 en la Taula (jamás dije que la afición del Valencia o que quienes apoyaran a #salvemosalvalencia lo fueran), algunos se aprestaron a decir que insulté llamando "desfaenats" (palabra que sí empleé, y vocablo muy utilizado en valenciano para llamar a alguien "ocioso") a la afición del Valencia y que les falté al respeto.
 A ese punto quiero aclarar que ni he faltado, ni faltaré jamás al respeto a la que considero mayor patrimonio del Valencia CF: su afición. Que no he faltado ni faltaré al respeto a grupos como #salvemoselvalencia, ya que quieren lo mejor para el Valencia y ello merece todo mi respeto. Y que lógicamente no llamé trolls ni desfaenats a todos los que participaron del TT #salvemosalvalencia. Sólo me referí a los que insultan y faltan al respeto. También aclararé que quien insulta o mantiene la actitud fascista de sólo contemplar y permitir su manera de pensar,, más la búsqueda de su minuto de gloria en la vida desde el anonimato, más unas dósis de ociosidad (un desfaenat), ése SÍ es un troll. De ello no me retracto.
Cómo muestra de lo que dije, he aquí el audio de aquella noche...

Audio Taula día 28



 Pero lo que tampoco voy a tolerar es que se esté manchando el trabajo de toda nuestra gente. Hemos llegado a un punto en el que si no dices lo que alguno quiere oir, eres un "comprado", "te unta fulano" ó haces "campaña". Son los primeros que cuando les bloqueas, piden respeto y libertad (como decía mi querido padre "justicia, pero no por mi casa") Y, lo reconozco. Posiblemente, yo no he gestionado bien estas cosas.
He intentando hablar con todo el mundo ("estás perdiendo el tiempo", me decía alguno). He vacilado a quien ha venido a vacilarme (siempre me hizo gracia que entraran a vacilarte, y cuando les respondías con su propia medicina se indignaban. -como un conductor que va por ahí pitando a todo el mundo y se sorprende que le piten-).
En definitiva, he intentado estar cerca de la gente, con mis errores (los ha habido, indudable), y mis aciertos. Pero sobre todo, con buena fe. Así que llega el momento de dar un paso al lado y mirar el pajarito. Llega el momento de dejar twitter por un tiempo. De ser un observador silencioso. De reir con lo que me guste, y discrepar de lo que no. Pero desde un segundo plano. Llega el momento de abandonar por un tiempo twitter. Lo necesito. No me gusta en lo que se ha convertido esto. Soy más de hablar y de atenderos. De ahí a tener que aguantar a diario ciertas actitudes, media un abismo.
Gracias a todos los que habéis querido interactuar conmigo y disculpas a los que por unas causas u otras no os haya podido atender. Llega el momento de marcharme. De hacerme a un lado. Hasta pronto (o no...)


 PD: sólo voy a decir una cosa más. El valencianismo se adentra en terrenos complicados y hace falta la unión más que nunca. Y la unión no es pensar todos igual. Es escuchar a la persona que tienes a tu lado, aunque piense diferente a ti. Respetarla y no descalificarla por discrepar, y entender que (al igual que tú) quiere lo mejor para el Valencia aunque penséis diferente. Estando todos juntos, el camino y sus penurias se harán más cortas.