Sé que no queda nada cool, sé que no va a parecer que estoy en el grupo de gente que ha puesto el grito en el cielo por el cierre de CNN+ y se han rasgado las vestiduras. Alarmados por la destrucción de empleos en la profesión periodística y escandalizados por la pérdida de un canal de noticias mutado en canal reality 24 horas, la mayoría pertenecen al grupo de “dónde va Vicente? Donde va la gente”. Pura hipocresía.
Aunque haya un grupo que sea cierto que siente de verdad el cierre del canal de noticias al que PRISA abandonó a su suerte, la gran mayoría son decoradores de una doble moral que pone en escena una ridícula dignidad que se preocupa por la destrucción de empleo en la profesión periodística y que no duerme por la pérdida de un canal de noticias que es importantísimo para los valores de esta sociedad nuestra que camina hacia la deriva tras un considerable re corte en la pluralidad informativa. O sea, el vigía de Occidente es el pandereta de la tuna al lado de estos garantes constitucionales.
Esos mismos garantes que sumando las horas que habrán visto CNN+ en su vida serán bastante menos que las que habrán visto (a escondidas, por supuesto) Gran Hermano. Los mismos que consideran muy de interés que el paradigma de la cultura impresa, el suplemento dominical de El País, sacara en portada y en un huevo de páginas a Belén Esteban. Eso sí con estética Warhol en portada (que la mierda con lacito parece que huele menos). Y por cierto no he observado (como sabiamente apunta mi hermana) queja alguna en el defensor del lector que tiene este paradigma del periodismo de calidad que es el periódico del grupo PRISA.
Lo de la hipocresía de los mandamases de PRISA y de alguno de sus aborregados apesebrados es de traca. En primer lugar porque si tanto les importaba CNN+ podían haberle seguido dando cobijo bajo el paraguas de Digital+. Pero queda de peña más comprometida venderla y luego echarse las manos a la cabeza viendo como conectan en directo con la casa durante todo el dia. Y luego porque PRISA sabía perfectamente a quien le vendía su tele: a Berlusconi (al cual, por otro lado revientan en sus columnas de opinión y noticias en El País, por ejemplo). Es como vender el coche a Desguace Malvarrosa y luego escandalizarte porque lo venden por piezas. Eso sí, te escandalizas con los bolsillos llenos. Que las penas con pan (o con pizza) son menos.
Al final, y por mucho que te autonombres capitán general con mando en plaza de los valores del periodismo plural y objetivo (porque yo lo valgo y los demás son pobrecitos periodistas de tercera con libertad cercenada porque se deben a una nómina), las empresas se crean para ganar dinero. Tan responsable de la mutación de CNN+ en GH 24H es quien gana dinero emitiendo esos contenidos, como quien gana dinero vendiendo ese canal a alguien que sabes que va a emitir esos contenidos.
Y por último, y en cuanto a la destrucción de empleo, no me da más rabia que haber ido viendo como amigos y profesionales espectaculares de los medios llevan un huevo de tiempo parados en su casa o han tenido que dejar atrás su vida y su familia emigrando a otros lugares para ejercer su profesión ya que en Valencia no había donde ir. Sus empleos son tan dignos como los de los desdichados profesionales de CNN+ que los van a ir perdiendo en las próximas fechas. Ambos encierran la misma dignidad, aunque sea más “bonito” preocuparse por los del canal de noticias.
En definitiva, el cierre de CNN+ no encierra más que la consecuencia de los últimos años de esta sociedad y de esta profesión. Pero no me pregunten la solución: ni la tengo, ni presumo de tenerla. No es mi estilo, no soy tan guay ni tan políticamente correcto.
PD: no tiene nada que ver con el escrito de arriba. Acabo de confirmarle a los señores de una compañía telefónica que me cambio a otra. Y no lo hago por un móvil mejor, ni por una tarifa más barata. De hecho la compañía que dejo me ha llegado a ofertar esta mañana el ordenador central de la NASA si quería. Pero el “NO, porque estoy harto de vosotros”, es uno de los pequeños triunfos que nos quedan al consumidor. Sabemos que nos toman el pelo y que no hay más narices que tragar, aunque cuando llega un día como el de hoy y les dices que ya llegan tarde y con muy buenas palabras te ciscas en el delfín, en la ardilla y en la puta que los parió a todos, se te dibuja una sonrisa en la cara. Ya se sabe: la felicidad está hecha de pequeños detalles…
